La final regional del ajedrez de los Juegos Deportivos Escolares tuvo, para bien y para mal, todo lo que normalmente tienen estos torneos. Al igual que en los antiguos Juegos del Bicentenario, en el salón de la Escuela Alemania de Valparaíso se pudo ver a los mejores jugadores de la región enfrentándose en partidas de muy buen nivel. Sin embargo, también hubo que lamentar el triste espectáculo de padres, profesores y organizadores enfrascados en ásperas discusiones, esta vez debidas a la carencia, por parte de dos participantes, de la documentación necesaria (ficha de inscripción y cédula de identidad) para jugar.
En estos casos suelen alzarse, por un lado, las voces de quienes se ciñen a las bases de las competencias al pie de la letra; y por otro, las de aquellos que promueven la aplicación con criterio de la normativa, a fin de proteger el bienestar de los niños. No quiero pronunciarme aquí por ninguna de las dos opciones, ya que hay argumentos válidos para quienes sostienen una u otra postura. Lo que sí creo deplorable es que, según la conveniencia del momento, haya quienes defienden a brazo partido ora los dúctiles márgenes de la interpretación, ora el apego severo a la textualidad del reglamento, ya que, como señalé en una entrada previa, problemas de este tipo son demasiado comunes.
Ajena a estos altercados, la Monse llegó al campeonato habiendo cumplido su meta, que era clasificar a la fase regional. El gran nivel de juego de las demás participantes auguraba un torneo muy difícil para ella, novata en estas lides; y en verdad lo fue. Dispuesta a ganar experiencia, nuestra querida "ardilla", sacrificó su partido con la selección de fútbol del colegio ese día para representar a la provincia de Marga Marga en el certamen regional y, a pesar de sus esfuerzos, no le fue muy bien. Pero eso no le impidió hacerse de múltiples amigos y ganarse la simpatía del resto de los participantes, con su natural carisma y buen humor.
Desde aquí enviamos nuestras felicitaciones y deseos de éxito para Laura Órdenes, Daniela Aranda, Jaime San Carlos y Marcelo Olivares, quienes serán los representantes de la región en la final nacional de los juegos. Y nosotros, a prepararnos para el próximo año.
En estos casos suelen alzarse, por un lado, las voces de quienes se ciñen a las bases de las competencias al pie de la letra; y por otro, las de aquellos que promueven la aplicación con criterio de la normativa, a fin de proteger el bienestar de los niños. No quiero pronunciarme aquí por ninguna de las dos opciones, ya que hay argumentos válidos para quienes sostienen una u otra postura. Lo que sí creo deplorable es que, según la conveniencia del momento, haya quienes defienden a brazo partido ora los dúctiles márgenes de la interpretación, ora el apego severo a la textualidad del reglamento, ya que, como señalé en una entrada previa, problemas de este tipo son demasiado comunes.
Monse, junto a Michelle Sotomayor y Lucía Ramírez |
Desde aquí enviamos nuestras felicitaciones y deseos de éxito para Laura Órdenes, Daniela Aranda, Jaime San Carlos y Marcelo Olivares, quienes serán los representantes de la región en la final nacional de los juegos. Y nosotros, a prepararnos para el próximo año.