lunes, 21 de septiembre de 2015

Cantemos en Primavera: De Colores


                                                                 De Colores  (Joan Baez)
De colores,
de colores se visten los campos
en la primavera.
De colores,
de colores son los pajaritos
que vienen de afuera.
De colores,
de colores es el arcoiris
que vemos lucir.
Y por eso los grandes amores
de muchos colores me gustan a mi.

Canta el gallo,
canta el gallo con el
quiri, quiri, quiri, quiri, qui.
La gallina,
la gallina con el
cara, cara, cara, cara cara.
Los polluelos,
los polluelos con el
pio, pio, pio, pio, pi.
Y por eso los grandes amores,
de muchos colores me gustan a mi.

martes, 8 de septiembre de 2015

Consultas varias, lectores de códigos de barras y ABIES

Con frecuencia recibimos, a través del correo electrónico, Facebook o del formulario de contacto de este blog, toda clase de consultas respecto al uso de ABIES. Cada vez que podemos, intentamos ayudar a quienes nos escriben, en la medida que nos lo permite el tiempo. No siempre se puede; a veces, porque la duda supera nuestros conocimientos, y otras veces porque el problema está más allá de ABIES; por ejemplo, porque la falla está en el computador del que consulta.
Para muestra, dos ejemplos. Una fuente de muchos dolores de cabeza lo constituía, al menos acá en Quilpué, la presencia de una tarjeta recuperadora en los PCs en los que se intentaba instalar ABIES. Este dispositivo devuelve al computador a un estado determinado, borrando cualquier modificación que hiciera el usuario durante el día. No pocas veces, frustrados CRAmaradas nos decían: "ingresé un montón de libros al catálogo, y al día siguiente todos se habían borrado". Terminaban culpando a ABIES, y pocas ganas les quedaban después de retomar el trabajo con el programa, al no poder explicarse lo sucedido.
A veces la falla es de otro tipo. Hace poco nos contactaron de la Escuela Aurora de Chile de Talca, porque deseaban utilizar el depósito auxiliar chileno que armamos hace un tiempo, y al descargarlo, el archivo quedaba corrupto e inutilizable. Después de descartar algunas cosas, resultó que el problema aparecía sólo en un computador. Luego de descargar el depósito en otro computador, nuestro CRAmarada pudo vincularlo sin problemas con ABIES, e imagino que lo estará utilizando ahora.
Esta semana recibimos dos consultas de una compañera de nuestra comuna. Sus dudas pasaban por el uso de un lector de códigos de barras en conjunto con ABIES. Nosotros usamos uno y es de gran utilidad. Transcribo aquí las consultas y nuestras respuestas, en caso de que pudieran servir a alguien más.
1. "Como ya te comenté, tenemos el lector de código de barra y no sé usarlo para ingresar nuestra colección, préstamos y devoluciones".
  • El lector de códigos de barras es una herramienta que permite agilizar el sistema de préstamo y devolución de los libros. Para utilizarlo, es necesario que cada libro de la biblioteca tenga pegado el código de barras que genera ABIES luego de registrar el libro en el catálogo. Por ello, lo primero que hay que hacer es ingresar en ABIES todos los libros de la biblioteca, luego imprimir y pegar todos sus códigos de barra y marbetes, y entonces podremos usar el lector de códigos para prestar y devolver libros.
2. "Han llegado nuevos libros y mi consulta es si se ingresan por el código MINEDUC o ISBN".
  • El código MINEDUC, hasta el momento, no me ha prestado ninguna utilidad porque no aparece en las bases de datos de ABIES. El código ISBN, en cambio, es muy útil. Leyéndolo con el lector de códigos, permite buscar rápidamente si el libro está en el catálogo para ingresar un nuevo ejemplar. Más aún: si se usa en combinación con un depósito auxiliar de referencias bibliográficas, como el que pusimos a disposición para descarga en nuestro blog (http://bibliocracoggzai.blogspot.cl/2013/10/un-deposito-auxiliar-chileno-para-abies.html), el código ISBN permite identificar muchos más libros que sólo los que tenemos en el catálogo. Para ello, en la sección Catálogo, apretamos el botón Nuevo y luego leemos el ISBN del libro nuevo. Si lo identifica, copiará todos los datos que tenga, ahorrándonos el tiempo necesario para ingresarlos.
Seguiremos atentos en caso de cualquier consulta. Es grato ayudar.

La comida chilena en la poesía.


Epopeya de las Comidas y las Bebidas de Chile
(Ensueño Del Infierno) 

 Pablo de Rokha

(Fragmentos)


Hermoso como vacuno joven es el canto de las ranas guisadas de entre perdices,
la alta manta doñiguana es más preciosa que la pierna de la señora más preciosa, lo más precioso que existe, para embarcarse en un curanto bien servido,
el camarón del Huasco es rico, chorreando vino y sentimiento,
como el choro de miel que se cosecha entre mujeres, entre cochayuyos de oceánica, entre laureles y vihuelas de Talcahuano por el jugo de limón otoñal de los siglos,
o como la olorosa empanada colchagüina, que agranda de caldo la
garganta y clama, de horno, floreciendo los rodeos flor de durazno.

Y, ¿qué me dicen ustedes de un costillar de chancho con ajo, picantísimo, asado en asador de maqui, en junio, a las riberas del peumo o la patagua o el boldo que resumen la atmósfera dramática
del atardecer lluvioso de Quirihue o de Cauquenes,
o de la guañaca en caldo de ganso, completamente talquino o licantenino de parentela?,
no, la codorniz asada a la parrilla se come lo mismo que se oye "el Martirio", en las laderas aconcagüinas, y la lisa frita en el Maule, en el que el pejerrey salta a la paila sagrada de gozo, completamente rico del río, enriquecido en la lancha maulina, mientras las niñas Carreño, como sufriendo, le hacen empeño a "lo humano" y a "lo divino", en la de gran antigüedad familiar vihuela.

Los pavos cebados, que huelen a verano y son otoños de nogal o de castaño casi humano, los como en todo el país, y en Santiago los beso,
como a las tinajas en donde suspira la chicha como la niña más linda de Curicó levantándose los vestidos debajo del manzano parroquial, de la misma manera
que a la ramada con quincha de chilcas en donde tomamos en cacho labrado el aguardiente de substancia,
o el colchón de amor, en el cual navegamos y nos enfrentamos sollozando a los océanos tremendos de la noche, a cuya negrura horriblemente tenaz converge el copihue de sangre,
o la lágrima que nos llevamos a la boca cuando estamos alegremente cantando.


http://www.chileparaninos.cl/audio/item/86.html Audio de Pablo de Rocka.