jueves, 25 de abril de 2013

Neruda al descubierto, con Antonio Skármeta

Hace un par de días, justo antes del primer recreo, nuestro director, don Claudio Pino, se presentó en nuestra biblioteca para pedirme una favor. Necesitaba que acompañara a un pequeño grupo de alumnos de 1º y 2º Medio a una charla que daría en Quilpué el escritor Antonio Skármeta con motivo de la celebración del Día del Libro, y a la que él no podría asistir debido a un imprevisto. Pese a mi habitual reticencia a abandonar el CRA, accedí con agrado a participar en el encuentro; media hora después, junto a Nancy Godoy, Allison Cabello, Karina Ramírez, Javiera Alvarado y mi tocayo Héctor Aravena, estábamos en camino al Liceo Guillermo Gronemeyer.
Luego de una espera demasiado larga, Skármeta, que se hiciera conocido para el público masivo gracias a su extinto programa de televisión El Show de los Libros, se presentó en el salón del liceo con su conocido buen humor y pulida elocuencia, para describir ante un centenar de asistentes, en su mayoría estudiantes, la relación que tuvo -y sigue teniendo- con Pablo Neruda. Nos habló del extenso uso que hizo de sus poemas para enamorar muchachas en su juventud, y compartió el público presente las palabras que el poeta le dedicó cuando, luego de publicar su primer libro, se presentó en su casa de Isla Negra en busca de un comentario. Nos contó de su fallida audición en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, presentando la célebre Oda al aire. También se refirió al proceso creativo que le llevó a escribir su célebre novela El cartero de Neruda, hoy convertida en una ópera y que fuera llevada al cine en dos ocasiones, en Chile y en Europa. Al final de la conferencia, fue justamente este último libro el que donó a cada delegación escolar presente, y que por nosotros recibió Nancy luego de ser firmado por su autor.



La ocasión también me sirvió para reencontrarme con dos viejos amigos: nuestro ex profesor de arte, Carlos Villamar, y nuestra querida ex alumna Coni Arellano, del recordado 8º Limarí 2009. Los chiquillos, por su parte, comentaron positivamente la charla y regresaron al colegio sin haberse aburrido en absoluto. De hecho, quieren que les preste inmediatamente el libro que nos trajimos a la biblioteca; eso me recuerda que tengo que ingresarlo al inventario y pegarle su código de barras... Hasta la próxima.